Son dos enormes depósitos de agua cristalina y con cierta profundidad que se formaron por el colapso del techo de antiguas cavernas formadas por el suelo kárstico de la región. El agua que contienen se acumuló por miles de años debido a la lluvia y corrientes subterráneas que los siguen alimentando. Para los mayas, estos cuerpos de agua eran como lugares sagrados donde realizaban ceremonias y rituales rogatorios por abundantes cosechas.
Los cenotes de Candelaria le dan una pincelada de color y vida al terreno seco y árido de la región; constituyen verdaderos refugios de vida silvestre. ¡Usted no puede dejar de conocer y disfrutar este maravilloso espectáculo!
El Cimarrón
Consiste en un enorme agujero de 170 metros, aproximadamente, de diámetro y unos 150 de profundidad; constituye un espectáculo verdaderamente impresionante. El Cimarrón tiene el mismo origen geológico que un cenote pero, a diferencia de este, el fondo no está lleno de agua sino de un asombroso bosque de árboles de regular tamaño. Sus paredes son perfectamente verticales; gavilanes y zopilotes utilizan sus grietas y agujeros como nidos.
Solo por este atractivo vale la pena realizar un viaje de 400 kilómetros desde la ciudad de Guatemala. Usted puede acampar en los alrededores de este increíble lugar o, si así lo prefiere, puede disfrutar una placentera noche en la cercana posada rural de Chaculá. En cualquier caso, su aventura será difícil de olvidar.
Saldremos de ciudad de Guatemala a las 5 de la mañana y a las siete haremos una parada en ruta, a 90 km de ciudad de Guatemala y a un poco más de 2000 msnm, para disfrutar un sabroso desayuno chapín.
Nuestro primer destino: los cenotes de Candelaria, se ubican a más o menos 352.8 km de la ciudad de Guatemala, por lo que estaríamos llegando a ese lugar a las tres de la tarde, aproximadamente. El transporte lo dejaremos en la comunidad Río Jordán, y de allí a los cenotes caminaremos a pie, unos 45 minutos para disfrutar el paisaje a través de un bosque chaparral espinoso seco, en medio del cual aparecerán de manera inesperada los dos enormes agujeros llenos de una agua purísima alimentada por corrientes subterráneas del río Lagartero.
El cenote mayor tiene una profundidad de unos 30 metros y sus aguas cambian de color de un turquesa suave a un azul profundo dependiendo de la época del año,
La nubosidad y la posición del sol. Si usted es un buen nadador podrá disfrutar de un delicioso chapuzón en estas aguas prístinas.
Este día pernoctaremos en una posada rural cerca de la comunidad La Trinidad.
Salimos de la posada rural muy temprano a las cinco y media de la mañana, en nuestro transporte privado y a las seis de la mañana comenzamos un recorrido a pie que dura unos cuarenta y cinco minutos aproximadamente hasta llegar al borde del impresionante Hoyo El Cimarrón en cuyo fondo á unos 150 metros de profundidad, en lugar de las aguas color turquesa de los cenotes crece un exuberante bosque de árboles hasta de unos 20 a 30 metros de altura. En las cercanías del borde de este abismo y bajo la sombra de los árboles, desayunamos y a las siete y media emprendemos el regreso al estacionamiento.
A continuación nos dirigimos hacia Laguna Brava adonde estaremos arribando aproximadamente a las diez de la mañana y tendremos tiempo libre hasta las once y media hora en que nos reuniremos para almorzar a las orillas de esta impresionante laguna.
A la una de la tarde estaremos retornando a ciudad Guatemala esperando llegar a entre las nueve y diez de la noche.
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